Zaragoza a 17 de enero de 2009
No se si soy muy atrevido, pero hace tiempo que me apetece contar historias o Historietas, anécdotas de balonmano viejo o antiguo, como de color sepia, casi diría de los inicios del mismo. Espero que a alguien le interese o por lo menos que lo lea. Si no es así prometo no repetirlo.
Yo además de nacer en 1949, nací zurdo. Esto suponía un problema en la época, en los colegios nos llegaban a castigar por intentar escribir con la izquierda y en las familias sufríamos acoso por corregirnos. Este ¨defecto¨ en cambio me permitió acceder a jugar a balonmano. Corría el inicio de los años sesenta y yo hacía el bachillerato en el Colegio de Santo Tomás de Aquino, llegó al colegio un tal SALVATELLA, creo que a hacer el preuniversitario, este ciudadano era un peso pesado del balonmano de la época, gran portero de la selección, de la orbita de Corazonistas .
Salvatella hizo muy buenas migas con el responsable de los deportes (solo fútbol) que se llamaba, JOSE MARIA ARA lo recordarán como colaborador del Heraldo en temas deportivos y creo que también en alguna emisora local. De ellos surgió la idea de intentar hacer algo de balonmano en Santo Tomás y la verdad es que lo consiguieron.
Aquí me gustaría explicar en que condiciones se empezó a jugar allí al balonmano. Santo Tomás estaba ubicado en una especie de Chalet gigante que había en el Paseo de Ruiseñores y de ¨recreo¨ se usaba la zona de atrás o antiguo jardín, un terreno alargado y pequeño, donde el suelo era un pedregal, ósea tierra y piedras (que nadie piense en asfalto o cemento, que no). Tampoco había ni un conato de portería o canasta. Fue en aquel pedregal donde nos iniciamos a este deporte. Una de las tapias del terreno hacia como cuarterones y es lo que comenzamos a usar como portería.
Pese a estos mimbres quiero adelantar que, en solo dos años, de allí salieron dos campeones de España integrando la selección regional de balonmano. Estos fueron Enrique Oteo (portero) y Miguel Ángel Ruiz De Lezcano (pívot). Este último quizá os suene mas, como Chirri II futbolista a posterior. Su hermano Javier Chirri I, que también venía al colegio, llego a jugar en el Zaragoza y en la Selección Española (sub. 23 creo).
En aquel pedregal, como decía y con un solo balón comenzamos a asimilar el juego, cruces, ochos, pases al pívot y sobre todo tirar a la portería de la pared. Cada vez que tocábamos el suelo acabábamos con sangre. Hay que decir que la tarea del entrenador Salvatella era muy difícil pero la hacía con mucha ilusión, que al final nos llegó a transmitir. De todo aquello surgió el primer equipo de balonmano de Santo Tomás que se inscribió en la siguiente liga. Como no teníamos campo tuvimos que empezar a jugar los partidos siempre como visitantes, con el tiempo Corazonistas nos dejaría jugar los partidos en su campo (que gran persona era el hermano Pedro su encargado de la sección de balonmano).
Con aquellos mimbres empezamos a competir, como yo era zurdo tuve fácil conseguir puesto fijo en las alineaciones, Tras un año duro aprendizaje en infantiles comenzamos la liga siguiente de juveniles en la temporada 1964-65. Siempre jugamos en pista contraria. Tuvimos una liga muy tensa y dura. Ganamos por la mínima en los campos de Salesianos, Magisterio, Agustinos, en La Salle Montemolín ganamos de 4 y a la Escuela de Comercio le apalizamos 24 a 1 (los que jugaban lo hacían por que así aprobaban la asignatura de Ecuación Física) llegamos al último partida y nos la jugábamos con Dominicos, para quedar primeros en aquella liga.
Este Colegio estaba en la élite de la categoría en aquella época, también a nivel nacional. Vuelvo a recordar que nuestra Selección se quedó campeona de España y que mientras mi colegio Santo Tomás aportaba al combinado dos jugadores, del equipo de Dominicos iban casi todos. En este jugaban: Sergio Loidi (luego referente del balonmano aragonés, a veces nos tiraba penaltis haciendo giros de 360 grados), Luís Marqueta (gran lateral, su hermano Gustavo Marqueta sería recordman nacional de salto de altura), Antonio Piazuelo (jugador de una envergadura tremenda para la época, fue Diputado del Congreso en la primera legislatura de la Democracia y aún sigue en la política activa), Leandro Sospedra ( un Crack, privilegiado para el deporte, acabó en el fútbol profesional de primer nivel destacando en el mejor Castellón de la historia, en 2ª me suena que fue Pichichi), entre otros. En fin era un equipo que daba miedo. Otra gran estrella de ese equipo era su entrenado, el padre Huguet, todo un espectáculo en la cancha, parecía una especie de Zupo Equisoaín con sotana.
Enfrentarnos a aquel equipo nos producía una desazón tremenda, ellos habían arrasado en todos sus partidos pero la tarea que realizaron con nosotros tanto Salvatella como José María Ara, nos llevó a afrontar el partido con unas ganas tremendas.
El partido como siempre acabamos jugándolo en su casa, el recreo de Dominicos estaba a tope, parecía que todos los alumnos de los dos colegios estaban allí, ese día hicimos una defensa Numantina, yo defendía en un lateral y mi compañero Genaro en el otro. La defensa era tremenda, acabando el primer tiempo Genaro atajó con el pecho un disparo y le quedó gravada en el pecho, con sangre , la medalla de la Virgen del Pilar que llevaba colgada al cuello. El partido estuvo interrumpido un buen rato. Reanudado Dominicos hizo un cambio táctico y los dos laterales se cambiaron de lado. Yo en mi lateral estaba atajando muy bien anticipándome a algunos tiros, pero con el cambio de laterales no me dí cuenta que mientras el uno armaba el brazo de arriba abajo el otro armaba el brazo de forma lateral. Recibí un balonazo en toda la cabeza, lo siguiente que recuerdo es verme en una aula del colegio rodeado de personas (alguien decía “y si no se despierta que hacemos”). Luego me comentaron que después de recibir el balonazo me levanté e intenté salir al contraataque. Cuento estás anécdotas para incidir en la defensa que hicimos, los Vatne de la época no pesaban mas de 64 Kilos.
También es anecdótico que el partido aquel quedaba en blanco y negro y no por que hayan pasado mas de 40 años resulta que Santo Tomás vestía de negro ( nos aliviábamos con camiseta blanca pero ribeteada en negro), Dominicos también vestía de blanco y negro (a rayas verticales), el árbitro por supuesto de negro y la banda también estaba llena de frailes Dominicos con sus túnicas en blanco y negro. Finalmente perdimos 16-12 nunca se nos olvidó que fallamos 4 penaltis y que jugamos en campo contrario. El lunes cuando volvimos al colegio Santo Tomás nos estaban esperando, y fue inolvidable.
Para finalizar doy las gracias a los que hayan tenido paciencia para leer hasta aquí (y a los otros también).
Buen Balonmano y Buena suerte.
BALONMANO EN COLOR SEPIA II
Zaragoza a 1 de febrero de 2009
Ya se que comentar historietas del equipo de balonmano que se formó en el Colegio de Santo Tomás no es muy relevante, pero son mis vivencias y me apetece comentarlas. Los que leyeran el artículo anterior recordarán como acabamos la temporada a lo grande.
Comenzábamos la siguiente temporada (creo que la 65-66) y el primer partido de liga nos volvió a tocar jugarlo nuevamente con Dominicos. Nos estaban esperando y nos tenían ganas. Nos pasaron por encima. Eso sí, yo metí el 50% de los goles de mi equipo. El problema es que perdimos 20 a 4. Pasamos mucha vergüenza y el cachondeito que sufrimos en nuestro colegio fue grande.
También me hace ilusión comentar algunos apuntes de cómo era el balonmano de entonces y como lo vivíamos. Lo primero que hay que decir, es que ya era complicado explicar a que jugabas, no estaba muy generalizado en que consistía el balonmano, llamado entonces “en sala“ o balonmano “a siete“. Hay que recordar que estaba muy cerca todavía el originario balonmano que se jugaba por equipos de once jugadores y en campo de fútbol.
Desde luego la PEGA no se conocía, yo hubiera pensado si entonces me lo hubieran planteado, que el darse pega sería ilegal. Los que tenían la mano pequeña y no podían sujetar el balón con los dedos, lo recogían en la palma de la mano haciendo una especie de cazoleta. Había quien conseguía con mucha habilidad buenos disparos a puerta con esta técnica. Recuerdo a mi compañero R. Anía (actualmente conocido profesional del Marketing y la publicidad) que lo hacia francamente bien con esa técnica.
No recuerdo las faltas en ataque, tampoco se nos pitaba pasivo. Si alguna vez defendiendo metías la mano y si el balón caía en tu área y lo cogía el portero te pitaban penalti. El fuera de banda lo entendíamos como en el baloncesto. Si disputando un balón lo tocabas dos veces en el aire sin que cayese al suelo, te pitaban dobles (actualmente este tema aun no lo tengo claro).
El mayor problema que había entonces es que todos los campos eran descubiertos y de cemento o asfalto (nosotros seguíamos entrenando en tierra y piedras) y claro jugar de extremo o pívot rallaba la heroicidad, por que un resbalón por el suelo era terrorífico. Nos poníamos todo tipo de aditamentos, coderas, rodilleras, tobilleras, etc., parecíamos jugadores de fútbol americano. Yo recuerdo que tuve un “quemazo” con perdida de tejido que me duro todo el curso. También recuerdo la impotencia que se sentía al tener que jugar algunos partidos con el balón totalmente empapado por la lluvia.
Los campos también eran de lo mas variopinto, recuerdo que había un campo en la Salle Montemolín que era tan corto y estrecho que desde el centro del campo se podía tirar a puerta y en los extremos, entre la línea del área y la de fuera no había sitio prácticamente había que jugar a la pata coja.
Pero no todo era tan duro. Nuestro colegio, que era muy moderno hacía jornada inglesa y hacía fiesta los sábados por la parte, mientras que la mayoría de los colegios guardaban fiesta los jueves por la tarde (jornada española), Esto para nosotros era un chollo puesto que los partidos eran los jueves y entonces nosotros teníamos doble fiesta semanal.
También algunos jueves se celebraban partidos de preparación para la selección, citaban a jugadores de distintos colegios, con vistas a formar la selección final (aquella que como ya dije se quedó campeona de España), yo fui citado para algún partido de aquellos, pero no recibí la llamada final. Mi ventaja de ser zurdo no me sirvió para tanto, pero desde entonces me ha gustado la palabra preseleccionada.
Por aquel entonces en el bachillerato había un corte terrorífico que era la reválida que se hacía en cuarto para completar el bachillerato elemental y en sexto para completar el bachillerato superior. La singularidad que tenían las reválidas es que las tenías que pasar examinándote ante el Estado, nunca en tu colegio, en Zaragoza los masculinos nos teníamos que examinar en el Instituto Goya, por supuesto del Estado y ante un tribunal ajeno a los colegios. Esto producía un atasco monumental de repetidores en cuarto de bachillerato. A ese curso se llegaba, si eras buen alumno y no habías repetido, con catorce años, pero te podías encontrar con compañeros de 16, 18 y hasta 20 años y no exagero. Esto viene a cuento para decir que en los equipos juveniles de los colegios siempre había jugadores que nos hacían dudar de su edad. Nunca supe la edad que tenía mi compañero Genaro (seguro que el mejor jugador del equipo).
Con respecto a las tácticas de juego, ahora parecerían extrañas, por ejemplo muchos equipos usábamos pívots muy pequeños y escurridizos (Chirri en Santo Tomás, Moisés más tarde cuando jugué en Helios, por ejemplo). Los cambios defensa ataque “no estaban previstos” y el central que solía ser el que mejor defendía luego se tenía que manejar en ataque. Tampoco estaba muy establecido por todos, que los zurdos tuviesen que jugar a la derecha y los diestros a la izquierda. A veces en los extremos cuando jugabas “cambiado” teníamos que intentar el tiro rectificado (recordemos, en la actualidad algunos tiros de Amadeo Sorli cuando ha sustituido a Cartón).
Los golpes francos, que ahora salvo en pasivo no se explotan, entonces eran jugadas importantes, nos colocábamos de espaldas tres en la línea de 9 metros escondiendo el balón y salíamos amagando todos dándole a otro el balón que era el que disparaba a puerta o penetraba.
Por fin Santo Tomás empezó a jugar sus partidos siempre en Corazonistas (GRACIAS), también bajábamos a entrenar algún día. Aquello era la leche, por aquel entonces Corazonistas tenía un edificio nuevo espectacular y moderno (ese en el que ahora han remozado su fachada), los vestuarios eran de lujo, agua caliente, duchas, espejos, bancos, etc. Aquellas instalaciones nos tenían subyugados y nuestros rivales nos tenían envidia (nuestro recreo de Santo Tomás nos parecía una broma). Los entrenamientos en Corazonistas eran terroríficos. En la parte de atrás cruzando el Huerva había un huerto y un ribazo con escaleras, donde nos daban auténticas palizas. El truco era subirlas y bajarlas a toda velocidad, primero de una en una, luego de dos en dos, de tres en tres, etc. Alguien que lea esto de Santo Tomás o de Corazonistas recordará lo que era aquello. Nuestra relación con Corazonistas fue muy importante. Incluso llegamos a jugar algún torneo con su camiseta, como se puede observar en la fotografía que se acompaña.
Como supongo que todos sabéis, Santo Tomás era un colegio (hoy por desgracia desaparecido) de la familia Labordeta, fundado por Miguel Labordeta padre, y allí nos daban clase entre otros sus hijos Miguel Labordeta (gran poeta fallecido), Manuel (hizo cosas de reconocimiento en el cine), José Antonio (poeta, cantautor, político y “mochilero”), y Donato (creo que fue su último director). Con respecto a los Labordeta tengo una anécdota graciosa, Manolo Labordeta tenía un hijo que se llamaba Juan Manuel (muy buen chaval, nunca alardeó de su docta jerarquía familiar en el colegio), este era algo mas joven y por tanto iba algún curso mas atrás, ya sabéis lo que supone ser de algún curso inferior en un grupo. Juan Manuel Labordeta, vino a jugar algún partido con nosotros, era gracioso ver que cuando aparecía su padre se producía el cambio de jugador y entraba a la cancha, realicé aquel cambio alguna vez. Juan Manuel Labordeta, con el tiempo formó parte del grupo PUTURRU DE FUA. (Aunque no sea para el balonmano que buena genética tiene esa familia).
Finalmente un recuerdo para los árbitros de aquella época. El arbitraje también se necesitaba didáctico y muchas veces nos tenían que explicar las reglas a la vez que nos las aplicaban. Recuerdo, entre otros, a Sendino, Tolosana, Pueyo (creo que fue arbitro internacional o por lo menos eso se decía), Isabelino (luego fue presidente de la federación), etc.
Buen balonmano y Buena suerte
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